El arte de medir la luz: el secreto para una buena exposición
La fotografía es luz. Con la luz podemos lograr imágenes grandiosas, pero también obtener fracasos monumentales. La mejor cámara del mundo con el mejor objetivo pueden resultar inútiles si no tenemos idea de cómo medir la luz antes de hacer clic.
Para medir la luz, los ojos no son buenos consejeros. Por eso es necesario tener algunos conocimientos básicos y, preferiblemente, un dispositivo que nos ayude en la tarea. Aunque la mayoría de las cámaras tienen sistemas de medición incorporados, no está de más utilizar un fotómetro para medir la luz y obtener los valores de exposición adecuados para el resultado que queremos.

¿Cómo medir la luz?
El fotómetro de la cámara nos da información sobre la luz que refleja el sujeto que queremos captar. Un fotómetro portátil mide la luz que llega al sujeto. Juntos nos dan una información más precisa sobre la iluminación que estamos manejando.

Para sacarle mayor provecho al medidor de luz de tu cámara, es recomendable que te familiarices con los modos de medición que ofrece. Así, si no tienes un fotómetro portátil, igual podrás indicarle a la cámara qué parte de la imagen será la referencia para medir la luz.
Son tres los tipos de medición que trae tu cámara: evaluativo/matricial; ponderado/central, y puntual (en las Canon encuentras un cuarto modo: parcial).
– En el primero, la imagen se divide en secciones, mide la luz en cada una, calcula una media, y ofrece los valores de exposición más adecuados.
– En el ponderado, la luz se mide en la porción central de la imagen. Se usa frecuentemente en retratos.
– En el puntual y el parcial eliges un punto específico de la imagen, y te dará los valores en ese punto.
Haz muchas tomas con diferentes mediciones y compara resultados. Recuerda que el secreto para dominar un arte es la práctica.

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