El enfoque en fotografía: cómo conseguirlo con tu cámara
Una de mis palabras favoritas es enfoque, porque no solo es básica en fotografía, sino en todo lo que hacemos. Enfocar es concentrar la atención en algo para obtener el mejor resultado posible. El enfoque en fotografía, según John Neel, «es el qué de la imagen; es lo que quieres que el observador vea y, con suerte, entienda». Hablemos de enfoque y cómo conseguirlo con tu cámara.
Enfocar implica concentrarse en un punto. En fotografía es concentrarse en el sujeto de nuestra composición, el que debe resultar nítido. Aunque las cámaras actuales enfocan de manera automática, es el ojo del fotógrafo, su creatividad, lo que define el sujeto a enfocar. Habrá ocasiones en las que podrás dejar que la cámara decida dónde hacerlo, pero para que tus fotos tengan tu sello personal, tu mensaje, tú eres quien debe decidir cuál será el objeto que se va a enfocar. Para ello tu cámara dispone de diferentes puntos de enfoque entre los cuáles puedes escoger el que se ajuste mejor a la fotografía que imaginas.
¿Pero que pasa si nuestro protagonista se mueve?
La tarea se complica si el sujeto tiende a moverse, para ello tu cámara tiene opciones para enfocar en estas situaciones. Estas suelen ser: el autofocus simple, en el cual tocas suavemente el disparador y bloqueas el enfoque hasta que das el clic final. Útil para escenas en las que no hay movimiento. El autofocus al foco, en el que enfocas tocando suavemente el disparador, y si el sujeto se mueve, la cámara vuelve a enfocar. El autofocus al servo, en el que la cámara enfoca de manera continua, aunque tu sujeto esté en movimiento.
Para hacer fotos no solo profesionales, sino con personalidad, es recomendable que conozcas todas los modos de enfoque que ofrece tu cámara, y así usarlos como mejor sirvan a la composición que tienes en mente.
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