Proporción y el reencuadre en fotografía: cambiar para mejorar
Saber ver es una virtud en fotografía. Lo técnico es vital, pero no servirá de mucho si no eres capaz de dar a cada elemento su valor dentro de tu composición fotográfica. No solo es saber ver al dar clic, sino posteriormente encontrar maneras de expresar mejor tu mensaje. La proporción y el reencuadre te permitirán lograr cambios increíbles en tus fotografías.
La proporción y el encuadre son básicos para la composición. La proporción (relación entre alto y ancho) viene dada por el sensor de tu cámara. Son tres las más comunes ( 4:3, 3:2, 16:9), generalmente rectángulos horizontales. El encuadre es la parte de la escena que va a entrar en tu composición, y lo puedes decidir tanto instintivamente como aplicando algunas de las reglas conocidas: los tercios, proporción áurea, línea del horizonte, etc.
Pero a veces, hasta los mejores fotógrafos no quedan conformes con el resultado de su composición original. Afortunadamente, esto se puede remediar cambiando posteriormente la proporción y reencuadrando la imagen utilizando algún programa de edición digital.
Básicamente el reencuadre te permite recortar tu fotografía para ajustar el encuadre original. Los programas de edición te permiten hacer estos recortes manteniendo una proporción concreta.
¿Qué puedo lograr con la proporción y el reencuadre?
En pincipio, mejorar tu composición de acuerdo al resultado que tienes en mente. Puedes cambiar la sensación que ofrece tu foto: calma, dinamismo, movimiento, equilibrio, desequilibrio…; llevar la mirada a un punto específico; adaptar el encuadre a la forma de algún elemento de la foto; acercar un objeto más allá de lo que el lente alcanzó; deshacerte de espacios innecesarios… En fin, nada está de más a la hora de buscar mejores resultados.
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